Esta primavera está siendo aparentemente lluviosa en la mayoría de nuestro país: marzo presentó lluvias un 95% superiores a las normales y abril, un excedente mayor al 55%. Sin embargo,la escasez de agua es un fenómeno cada vez más frecuente y preocupante, afecta a no menos del 11 % de la población europea y al 17 % del territorio de la Unión Europea. Esta situación se agrava durante el verano, donde la mitad de la población de la región Mediterránea de la UE se ve afectada por la presión sobre los recursos hídricos.
Se calcula que entre un 20 y un 40 % del agua disponible en Europa se está malgastando (fugas en el sistema de distribución de agua, instalación insuficiente de tecnologías de ahorro de agua, exceso de actividades de riego innecesarias, goteo de grifos, etc).
De mantenerse sin cambios la tendencia actual, el consumo de agua de los ciudadanos, de la industria y de la agricultura habrá aumentado en 2030 un 16%, acentuando los problemas de escasez de agua y sequía que ya venimos sufriendo por el cambio climático.
Europa y el agua
Ya en el año 2000, la UE adoptó la Directiva marco sobre el agua. Esta normativa es el acto más ambicioso y completo jamás aprobado en el ámbito de la política de aguas dentro de la UE. Establece un sistema de gestión que se basa en las demarcaciones hidrográficas naturales más que en las fronteras regionales y nacionales. De esta forma se reúne el esfuerzo por un objetivo común a todos quienes gestionan el agua, desde los gobiernos hasta las comunidades locales, así como a los ciudadanos y a la totalidad de los sectores afectados.
Ahora, con la nueva ley europea sobre la reutilización del agua, la UE da un paso más. Aprobada por el Parlamento Europeo el pasado miércoles, estas medidas medidas entrarán en vigor a los 20 días de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea. En ella se definen, por primera vez, unos requisitos mínimos a nivel europeo para el agua regenerada y su posterior uso agrícola de una manera segura, protegiendo a la población y al medio ambiente.
Usar más las aguas residuales
El objetivo es garantizar un uso más amplio de las aguas residuales tratadas para limitar el recurso a las masas de agua y aguas subterráneas cuya reducción, debido al regadío en la agricultura, por el uso industrial y el desarrollo urbano, es una de las mayores amenazas para los recursos hídricos de la UE.
Por lo general, los tratamientos de depuración reducen la carga de contaminantes de las aguas residuales permitiendo su vertido a cauces naturales, pero no necesariamente para un uso posterior como recurso hídrico alternativo.
La obtención de agua regenerada, que sea apta para la reutilización, requiere de tratamientos adicionales para mejorar la calidad del efluente de aguas residuales de la depuradora.
Estos tratamientos se conocen como terciarios. Se llevan a cabo normalmente en las mismas instalaciones de la EDAR, a continuación del tratamiento secundario, en la sección que se conoce como estación de regeneración de agua (ERA). Ahí se implementan los procesos de depuración avanzados para reducir la carga de contaminante residual, sólidos en suspensión y turbidez, así como los microorganismos patógenos (virus y bacterias) que aseguren la calidad sanitaria del agua.
“Así, se podrían reutilizar hasta 6.600 millones de metros cúbicos de agua en 2025, en comparación con los actuales 1.100 millones de metros cúbicos al año. Esto requerirá una inversión de menos de 700 millones de euros y nos permitirá reutilizar más de la mitad del volumen actual de agua procedente de las plantas de tratamiento de aguas teóricamente disponibles para el regadío, evitando más de un 5% de extracción directa de las masas de agua y aguas subterráneas”, asegura Simona Bonafè (S&D, Italia), responsable de la tramitación parlamentaria del texto legislativo.
En España
En nuestro país, el 27% de las más de 2.000 estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) están preparadas tecnológicamente para ofrecer los tratamientos terciarios que posibilitan la reutilización del agua. Se estima que ya reutilizamos más de 400 hectómetros cúbicos al año, entre el 7 y el 13% del agua residual tratada.
La elección de los tratamientos terciarios dependerá así, fundamentalmente, de dos factores: El primero, de la línea de tratamiento primario y secundario existente en la EDAR y, el segundo, de la calidad requerida del agua regenerada a fin de adaptarse a las calidades mínimas exigidas para su uso en la nueva ley europea sobre la reutilización del agua.
Nuestro compromiso
En INVIMO, estamos muy concienciados con el medio ambiente y, en especial, con la gestión y uso eficiente de los recursos hídricos. Disponemos de un departamento especializado en hidrología para el desarrollo de trabajos de consultoría, redacción de proyectos y asistencia técnica especializada. Ponte en contacto con nosotros.
Fuentes: Parlamento Europeo, Energy News y Asociación Española de Desalación y Reutilización.